De espíritu irreverente, colorido y extravagante, Moschino surgió para criticar a la industria de la moda con creaciones excesivas, gráficas y muy divertidas.
HISTORIA
Franco Moschino inició su marca homónima en 1983, alentado por Gianni Versace, para quien trabajaba como ilustrador. Su línea Couture!, que buscaba crear trajes económicos, útiles y prácticos, se convirtió en un éxito gracias al desasosiego del espectador y la ironía de sus diseños que pusieron de cabeza al mundo de la moda, que entonces era endogámico y conservador.
La etapa de los 90s de Moschino es famosa por sus campañas publicitarias al más puro estilo Benetton. Una suma de sensibilización social, críticas a su propia industria y humor. Lo que hacía a Franco Moschino brillar entre tantos diseñadores, era su acercamiento a lo postmoderno y lo surreal: jugando con la ironía, el humor y diseños inmaculados.
“Un diseño Moschino debe verse y sentirse como una prenda que todos puedan entender.”
Franco estaba al tanto de las problemáticas sociales y las campañas de Moschino criticaban y creaban conciencia sobre temas como el consumismo, el cambio climático, las drogas, la violencia, la contaminación, el racismo y la crisis del SIDA.
Franco Moschino murió por complicaciones por el virus del VIH en 1994 cuando tenía 44 años. En 2013 la firma volvió a sonar con fuerza tras el nombramiento como nuevo director creativo del irreverente Jeremy Scott. Bajo la dirección creativa de Scott, Moschino ha reflorecido gracias a su acercamiento similar a la Alta y “Baja” Costura que coincide con la visión de Franco; un estilo ecléctico que provoca un sentimiento de felicidad en aquellas personas que eligen sus piezas.